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Foto del escritorDr. Jose Antonio Moreno

¿Qué es el Ayuno Intermitente?

El #ayunointermitente es el antiguo secreto para la salud. Es antiguo porque se ha realizado durante toda la historia de la humanidad.

Y es secreto porque esta efectiva costumbre prácticamente está olvidada. Sin embargo, mucha gente está redescubriendo este tratamiento alimenticio. Desde 2010 el número de búsquedas en línea para “ayuno intermitente” ha aumentado en alrededor de un 10.000 por ciento, y la mayoría de este aumento se ha producido durante los últimos años.


Si se hace de forma correcta, tiene grandes beneficios: adelgazamiento, corrección de la diabetes de tipo 2 y muchas más cosas. Además, puede ahorrarte tiempo y dinero. En esta guía para principiantes aprenderás todo lo que necesitas saber sobre el ayuno intermitente.


Ayuno intermitente: ¿no es inanición?



No, ayunar se diferencia de la inanición en un aspecto crucial: el control. La inanición es la falta involuntaria de alimento durante un largo período de tiempo y que puede derivar en sufrimiento grave o incluso la muerte.

Ayunar, en cambio, es aplazar de forma voluntaria la ingesta de comida por motivos religiosos, de salud o de cualquier otro tipo, en personas que no tengan un peso inferior al normal y por lo tanto tengan la suficiente grasa almacenada para vivir de ella.

Tienes fácil acceso a alimentos, pero decides no comer. El ayuno puede ser de cualquier duración, desde unas horas a días o —con supervisión médica— incluso semanas. Es posible empezar un ayuno en cualquier momento, y puedes dejarlo también cuando desees. Se puede empezar o terminar un ayuno por cualquier motivo o sin motivo alguno.

No tiene una duración estándar, ya que simplemente es no comer.

En cualquier momento en el que no comas, estás ayunando. Por ejemplo, puedes ayunar entre la cena y el desayuno del día siguiente, un intervalo de aproximadamente 12-14 horas. En este sentido, ayunar puede considerarse parte de la vida cotidiana. Es quizá la intervención más antigua y más poderosa que se pueda imaginar.


Analicemos el término “desayuno”. Está compuesto por el prefijo latino -des, que significa acción inversa o “salida de” y el verbo “ayunar”, que significa abstenerse de comer; algo que hacemos diario. En vez de hacer alusión a una especie de castigo cruel y poco habitual, el lenguaje confirma de forma implícita que se debe hacer a diario, incluso si es corto.

El ayuno intermitente no es algo extraño ni peculiar, sino parte de la vida diaria y corriente. Es quizá el tratamiento alimenticio más antiguo y efectivo que se pueda imaginar. Pero por algún motivo hemos olvidado su formidable efectividad e ignorado sus posibilidades terapéuticas.


Aprender a ayunar de forma correcta nos da la opción de ponerlo o no en práctica.


¿Cómo hacer el ayuno intermitente?


Básicamente, ayunar permite al cuerpo utilizar la energía almacenada; por ejemplo, quemando el exceso de grasa corporal.

Es importante saber que esto es normal y que las personas hemos evolucionado para poder ayunar sin sufrir efectos nocivos para la salud. La grasa corporal es solo energía alimentaria almacenada. Si no comes, el cuerpo simplemente “comerá” su propia grasa para obtener energía.


La vida es cuestión de equilibrio. Lo bueno y lo malo; el ying y el yang. Lo mismo puede decirse de comer y ayunar. Ayunar no es más que la cara opuesta de comer. Si no estás comiendo, estás ayunando. Funciona así:


Al comer se ingiere más energía alimentaria de la que podemos usar de forma inmediata. Parte de esta energía ha de almacenarse para ser usada más tarde. La insulina es la principal hormona implicada en el almacenamiento de energía alimentaria.



La insulina aumenta al comer, esto ayuda a almacenar el excedente de energía de dos formas diferentes. Los azúcares pueden unirse en cadenas largas, llamadas glucógeno, que después se almacenan en el hígado. Sin embargo, el espacio de almacenamiento es limitado, y una vez que se llena, el hígado empieza a convertir el exceso de glucosa en grasa. Este proceso se denomina lipogénesis de novo (que literalmente significa “crear grasa de nuevo”).


Parte de la grasa recién creada se almacena en el hígado, pero la mayoría se traslada a otros depósitos de grasa del cuerpo. Aunque esto es un proceso más complejo, la cantidad de grasa que se puede crear no tiene límite. De manera que existen dos sistemas complementarios de almacenamiento de energía alimentaria en el cuerpo. A uno es muy fácil acceder, pero tiene una capacidad limitada de almacenamiento (glucógeno), y al otro el más difícil acceder, pero tiene una capacidad ilimitada de almacenamiento (grasa corporal).



El proceso funciona a la inversa cuando no comemos (ayuno). El nivel de insulina desciende, dando señal al cuerpo para que empiece a quemar la energía almacenada, ya que no recibe más por medio de alimentos. La glucosa sanguínea desciende y el cuerpo tiene que extraer glucosa del depósito para quemarla como energía.


El glucógeno es la fuente de energía de más fácil acceso. Se descompone a moléculas de glucosa para proporcionar energía a otras células. De esta forma se puede suministrar suficiente energía al cuerpo durante 24-36 horas. Después, el cuerpo empieza a descomponer grasa para usarla como energía.


Así que el cuerpo solo puede estar en dos estados: en estado absorción (insulina alta) y en ayuno (insulina baja). O estamos almacenando energía alimentaria o la estamos quemando. Es una cosa o la otra. Si hay un equilibrio entre comer y ayunar, no hay ganancia de peso neto.


Si empezamos a comer desde que nos levantamos y no paramos hasta que nos vamos a dormir, pasamos la mayor parte del tiempo en el estado de absorción. Con el tiempo, engordaremos. No hemos dejado nada de tiempo para que el cuerpo queme la energía alimentaria.


Para restablecer el equilibrio o adelgazar, solo necesitamos aumentar el intervalo en el que quemamos energía alimentaria. Esto es el ayuno.


Básicamente, ayunar permite al cuerpo usar la energía almacenada. A fin de cuentas, para eso está. Lo que hay que entender es que no tiene nada de malo: así es como está diseñado el cuerpo. Es lo que hacen los perros, gatos, leones y osos, y también lo que hacemos los seres humanos.


Si comes de forma constante, como a menudo se recomienda, el cuerpo simplemente usará la energía de la comida que entra y no quemará la grasa corporal, solo la almacenará. El cuerpo la guarda para cuando no haya nada que comer. Si esto sucede es porque te falta equilibrio. Te falta el ayuno intermitente.


Beneficios del ayuno intermitente


El beneficio más evidente del ayuno es la pérdida de peso. Sin embargo, tiene múltiples beneficios, muchos de los cuales eran de sobra conocidos en la antigüedad.


A los períodos de ayuno a menudo se los denominaba “limpiezas”, “desintoxicaciones” o “depuraciones”, pero la idea es la misma: abstenerse de comida durante un lapso determinado de tiempo por razones de salud. La gente pensaba que este período de abstinencia de comida limpiaría de toxinas los sistemas del cuerpo y los rejuvenecería. Y tenían más razón de la que creían.


Algunos de los beneficios físicos conocidos del ayuno son:17


  • Pérdida de peso y grasa corporal

  • Incremento de la quema de grasa

  • Disminución de los niveles de insulina y azúcar sanguínea

  • Posible corrección de la diabetes de tipo

  • Posible de la mejora de la lucidez y de la concentración (enlace en inglés)

  • Posible aumento de energía

  • Posible aumento de la hormona de crecimiento, al menos a corto plazo

  • Posible disminución del colesterol en sangre

  • Posible prevención de enfermedad de Alzheimer

  • Posible alargamiento de la vida

  • Posible activación de la limpieza celular al estimular la autofagia

  • Posible reducción de la inflamación

Ayunar ofrece muchas ventajas únicas que no tienen las dietas clásicas.


Mientras que las dietas complican la vida, ayunar la simplifica; mientras que las dietas son caras, ayunar es gratis; mientras que las dietas te quitan tiempo, ayunar te lo ahorra; mientras que las dietas son limitadas, ayunar se puede hacer en cualquier lugar. Y, tal y como hablábamos anteriormente, el ayuno es un método que puede ser muy poderoso para reducir la insulina y el peso corporal.


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